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lunes, 12 de septiembre de 2016

¿El último escándalo de Peña?


Esta entrada debió llamarse ¡No mamen!, pero para efectos de censura opté por cambiar de título.

Circula por las redes un video de EPN en el que habla de la Coca Cola, e incluso acepta que él la toma a diario en su versión light. De inmediato todos se flagelaron y decían “que qué barbaridad, cómo es posible…” en fin, que ni a Libertad Lamarque le salían tan bien esos dramas. Ignoro si es temporada de castings en Televisa, o el por qué de esa reacción.

Sólo un tonto o un malvado saca las cosas de contexto, no sé a qué grupo pertenezca el que subió el video. Pongámonos serios, y analicemos. El evento se llevó a cabo en ¿dónde creen? ¡Sí, adivinaron, en instalaciones de la refresquera. Quizás por motivo de alguna inauguración, alguna plática, pero era un evento interno de la empresa, la cual invitó al preciso. Como se espera en estos casos, hubo unas palabras por parte de Peña, en la que hablaba bien de la empresa y hasta admite consumir el producto, no sin dejar de hacer el chiste que decir eso, a estas alturas, ya no sabe si será bueno o malo para Coca Cola.

Cuando a uno lo invitan a una casa, lo que espera el anfitrión, es que el invitado se va a comportar y no va a hablar pestes de nosotros, al menos durante el evento. Y lo lógico, lo natural diría yo, si tus padres cumplieron con darte una buena educación es que así te vas a comportar. Vas a casa de alguien y no hablas mal de él o ella, al menos durante el evento. Ya habrá personas, perdón si les queda el saco, que tienen la necesidad de hablar mal de los demás para resarcir sus miserias, pero siempre lo harán al día siguiente o incluso saliendo de la reunión, pero ante el anfitrión serán toda dulzura…hipócrita, pero educada. ¡vamos! Ni siquiera las amigas, perdón, los personajes más odiosos de Guadalupe Loaeza serían tan bajas de hacer algo así.

Entonces ¿por qué desgarrarnos las vestiduras, cual falsos fariseos, por un acto de elemental educación. Digo, si estas palabras hubiesen sido dichas durante la Semana de la Salud o en cualquier otro acto público, voy de acuerdo, pero en este caso ¡por favor!


Ahora que, si ustedes son capaces de ir a las casas a despreciar o hablar mal del anfitrión, pues díganmelo para borrarlos de la lista de invitados a mi casa.