jueves, 16 de febrero de 2017

Enrique, el Maquiavélico



Imaginemos la siguiente escena. En su oficina de Los Pinos, EPN platica con su entonces Secretario de Hacienda, Luis Videgaray.

- Ya no soporto ser la burla de todos, se siente re gacho – dice abatido el hombre del copete.
- Enrique, ya sabes cómo es la prole, como diría tu hija. No les hagas caso.
- No, esos no me preocupan, si ya sé que no aplauden. Además sigo los consejos de mi padrino, y ni los veo ni los oigo.
-¿Ton´s? – preguntó confundido Videgaray.
- Es con los demás presidentes. Ya ves que en la Cumbre ni me pelaban.
- Sí, de verdad se pasó de lanza el morenazo.
-La cuestión es que ya no sé qué hacer-
- Como siempre – contestó Luis con aire distraído.
- ¿Qué? ¿Tú también, idiota, hijo mío? ¡Esa frase es de Julio César…Chavez, supongo.
-Perdón, fue un exabrupto  - y al ver la cara de Peña, añadió- luego te lo explico.
- Como sea. La cuestión es que me urge que haya un presidente más tonto que yo.
-¿Más? – preguntó incrédulo Luis.
- Bueno – respondió Enrique cohibido- si no más, al menos igual ¿cómo ves a Trump?
- ¡Trump! Pero si va abajo por más de 16 puntos.
-¿Y eso qué?
- Es como si en el Super bowl perdiera el equipo que, en el último cuarto, va arriba por 16 puntos ¡Eso bo pasa!
-No sé, de cualquier forma me gustaría invitarlo a que viniera a México – insistió Enrique- ¿Por qué no organizas la visita?
- ¿Yo? Para eso está Claudia, no se vaya a enojar y te renuncia. Además yo no sé nada de relaciones exteriores, aunque puedo aprender.

Seguramente la plática no transcurrió de esa forma, aunque conociendo a Peña, ya no se sabe. La cuestión es que los objetivos se cumplieron, y ya Donald Trump es presidente de Estados Unidos, y contrario a lo que los politólogos opinaban, su discurso no se ha moderado en absoluto y sus “ocurrencias” diarias van de lo grotesco a lo ridículo.

Sin embargo, y tal como le pasa a EPN aquí en México, todos, absolutamente todos sus actos son juzgados con espíritu crítico, como por ejemplo, cuando su hija Ivanka se sentó en el sillón del salón oval ¿de verdad eso fue tan grave? Mónica Lewinsky estuvo abajo, y si no fuera por el perjurio de Clinton al negar los hechos, el caso no hubiera trascendido tanto.


Creo que hay cosas más importantes de las cuales preocuparse y no que una escuincla consentida se siente en una pinche silla. Ahora que quizás esto también sea un plan de Enrique, el maquiavélico. Si cualquier tontería se toma como noticia y causa escándalo, con el tiempo el hartazgo se apoderará de las personas y dejarán de prestar atención a cada nota periodística, pudiendo ahora sí ejecutar actos perversos sin que la anestesiada ciudadanía haga algo al respecto.

jueves, 9 de febrero de 2017

El amor está en el aire

https://www.facebook.com/252495901486460/videos/1174512712618103/


El sábado una amiga subió este video. Para los que les de flojera verlo o en caso de que la liga ya no lleve a ese video se los platico. En pocas palabras se trata de que, en pleno vuelo, el piloto de un avión sale de la cabina, llama a una de las azafatas y le propone matrimonio. Fin.

La historia es sencilla y dudo mucho que esté nominada para los Óscares (los Premios de la Academia, dirían algunos reporteros que suelen ser medio mamertos). El video hubiera pasado de largo en mi vida si no fuera por los comentarios que leí, y los que siguieron a mi propio comentario.

Muchos daban por hecho de que los iban a correr, y otros más estaban de acuerdo en la acción pero reprobaban el  que lo hubieran subido a las redes sociales. Mi comentario fue que no entendía la razón por la que los iban a correr, después de todo el acto, que duró dos minutos, en ningún momento ponía en riesgo a los pasajeros. Porque, digo, si el piloto hiciera este show mientras el avión se está desplomando o los motores se incendian voy de acuerdo. Tampoco estaban pasando por una turbulencia ni había terroristas islámicos pretendiendo secuestrar el avión.(Es Volaris. Dudo que ningún terrorista en su enfermo juicio, se suba a un avión de Volaris, y menos para secuestrarlo).

La respuesta a mi comentario, por parte de un estimado amigo mío, fue la que provocó que surgiera esta entrada (si no les gusta, échenle la culpa a él). Después de dimes y diretes, el resumen de su respuesta fue: Están rompiendo las reglas corporativas.

¡Háganme el C. Favor! Quizás el hecho de que yo no trabaje...en una empresa, aclaro, sea lo que me impide entender el protocolo corporativista, pero, la verdad, escapa de mi entendimiento cómo un evento de esta naturaleza puede ofender a los directivos de una empresa. Fueron dos minutos, el avión no está en peligro, y por si fuera poco hay otros dos tipos (o tipas, que ya empiezan las mujeres a ganar terreno) que saben controlar la aeronave, sin contar con el famoso "piloto automático". Además el piloto no se bajó del avión ni se fue al área de carga. De hecho llamó a su galana para él no despegarse de la puerta de cabina, o sea que, si hubiera una emergencia, en 15 segundos, a lo mucho, estaría en su puesto de trabajo. Incluso yo sugerí que la empresa podría usar el video para su publicidad de febrero.

Circula también por la red un video en el que nos explican por qué en Alemania no había Wal-mart, y en uno de sus puntos decía que las políticas de esa cadena prohibían el romance entre compañeros. Y las autoridades alemanas decían "¿Quiénes somos nosotros para interponernos en el amor entre dos personas?" Lo mismo le pregunto, no sólo a las aerolíneas sino a todos aquellos que estaban de acuerdo en que despidieran a los tortolitos.

La cuestión es que, más allá de diferencia de opiniones, me alarma el grado de rigidez de muchas empresas y otras tantas personas. ¿Podemos ser tan severos con conductas que, si bien están fuera del protocolo, tampoco es que se den a diario? ¿Por qué el espíritu de Torquemada nos posee si vemos un video en el que un policía, de una clínica del IMSS está bailando? ¿Será que la amargura de ser políticamente correctos se ha apoderado de nuestro corazón? Insisto, ser políticamente correctos es muy peligroso. La gente se llega a hartar de vivir así, y luego votan por el primer payaso que dice lo que muchos piensan, pero que por el terror de ser señalados, prefieren callar.

viernes, 3 de febrero de 2017

El Hombre del Mañana

Con frecuencia bromeamos que el mexicano es el Hombre del Mañana, porque todo lo deja para después. Creo que todos, al menos en algún momento de nuestra vida, lo hemos hechos. Lo curioso es que lo decimos como una característica de los mexicanos, vaya, siendo extensos de los latinoamericanos, y señalamos que ahí radica el problema de que nuestros países no sean de primer mundo. ¿Pues qué creen? Que las universidades del Reino Unido están muy preocupadas por este fenómeno que afecta a gran parte de sus estudiantes, e incluso de sus maestros. Y bueno, así como que Reino Unido sea del tercer mundo, pues como que no, al menos hasta ahora que no se han dejado ver los efectos catastróficos que auguraban después del Brexit.

Pero bueno ¿qué me dicen del macho mexicano? De ese que trata a la mujer como ser inferior y que pretende que lo atiendan a cuerpo de rey. Podemos decir que se da el quién vive con el macho gringo, que sin ser peor, tampoco canta mal las rancheras. Y es que, la verdad, como lo vimos en las recientes elecciones de Estados Unidos, podemos ver que no todo es Nueva York. Y si lo comparamos con el macho japonés, nuestros aguerridos machos son unos dandys a su lado.

Lo que pretendo señalar es la absurda costumbre de andar denigrando a nuestros compatriotas. Sólo vemos lo malo, y lo peor, lo señalamos como si fuera exclusivo de los mexicanos, y nos olvidamos de tantas cualidades que tenemos. Y no se trata de querer lavarnos el cerebro, como en épocas de Echeverría, que en las escuelas nos enseñaban que sólo México tenía lagos, bosques y tantos recursos naturales, que aunque es cierto que tenemos una gran diversidad, tampoco hay que exagerar con que México es el Jardín del Edén.

Dejémonos de señalar a los demás y bajemos de nuestra nube de soberbia al pensar que sólo yo, y un pequeño grupo nos damos cuenta de la realidad que acontece en el país. Dejemos atrás el “Despierta México”, frase más bien mamerta que demuestra un gran complejo de inferioridad, y enfoquémonos a mejorar el medio que nos rodea. Si nosotros cambiamos, los demás van a cambiar, y poco a poco se irá ampliando el círculo, pero sin ser un posser de la lucha social.


Dejémosle a Trump los descalificativos en contra de México y hagamos la parte que nos corresponde para que este país sea tan grande como debería ser.