viernes, 6 de enero de 2017

Carta a Enrique

Estimado Enrique:

Sé que odiarás que te llame por tu nombre de pila, pero hace mucho que  la figura presidencial te quedó grande. Tampoco te me alborotes por lo de “estimado”, la verdad es una licencia poética.
Me gustaría que me resolvieras una duda (sí, ya sé que tus padrinos políticos te vendieron la idea de que tú no estás para servir, sino para que te sirvan), pero necesito saberlo. ¿Qué onda con tu equipo de asesores? ¿De verdad te odian tanto que te dan tan malos consejos, o no son tan malos, y tú simplemente los ignoras, y como el niño mimado que de seguro fuiste, haces lo que se te da tu santa voluntad?

¿Por qué no ir sensibilizando a la población sobre este brutal gasolinazo? Digo, porque dudo que les haya caído de sorpresa la reacción de la gente. No creo que haya habido ni un ciudadano, común y corriente, que mientras comía sus uvas pidiera “que aumente el precio de la gasolina”. Además ¿qué clase de líder se esconde casi cuatro días antes de enfrentar a la furia de su pueblo? El mensaje debió de haber venido desde el primero de enero, aunque nadie lo pelara por andar crudos. Pero no, preferiste guardar silencio hasta que ya era imposible seguir escondido. ¿Acaso no pensaste el mensaje que eso transmitía? Y del nombramiento del honesto Videgaray, mejor ni hablamos ¿sabes lo que sentimos? Nos sentimos, engañados, burlados ¿no decías que con la Reforma Energética íbamos a tener luz y gasolina baratas? Quizás lo que omitiste explicar es que iban a estar más baratas que las del mes siguiente. También nos sentimos ignorados, y no sólo por ti, sino por toda la clase política que nos desgobierna.

Nos pides que comprendamos que era una medida necesaria, que aguantemos vara ¿No se te encogió el estómago al pedirnos eso?  Cómo le puedes pedir a una madre que racionalice los pocos alimentos que ahora le alcanzarán por el aumento de precios que se vienen (y no intentes negarlo, sería un insulto más) mientras que los diputados se autorizan grandes bonos navideños y partidas de vales de gasolina, no vaya a ser que a los angelitos no les alcance para el shopping navideño. Con qué cara le puedes pedir al micro y pequeño empresario que merme sus ganancias, si nunca has tenido la intención de mermar las de tantos  gobernadores que han saqueado sus estados, y que en lugar de confiscarles sus bienes y aprehenderlos, los escondes bajo tu manto protector, cual Virgen María.
Si tú nos pides sacrificio que el gobierno ponga el ejemplo. Como te dije, podríamos confiscar las cuentas bancarias y todos los bienes de todos los funcionarios corruptos, desde el sexenio de Echeverría hasta la fecha. Con eso bastaría para seguir subsidiando la gasolina, aumentándola mes a mes, para que el impacto sea menor. También estaría bien eliminar tanto diputado y senador, eso nos traería mucho mayor ahorro, y podríamos finalizar con la eliminación de tanto partido político y sus respectivos apoyos.


Pero, claro, de lo que se trata es que el pueblo es el que haga los sacrificios mientras los políticos continúan sirviéndose con la cuchara grande. De verdad Enrique, piensa bien las cosas. Si te decidieras a entregar a los Duarte, a los Moreira y exgobernadores similares, podrías salvar tu sexenio. No te garantizo que la gente te quiera, ni siquiera que recuerde tus logros, pero al menos no tendrás que irte por la puerta de atrás, siendo recordado como el presidente más cínico, corrupto y despilfarrador de los últimos años. Ahí tú sabes.

1 comentario: