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jueves, 8 de septiembre de 2016

Nicolás Alvarado ¿discriminador?

Pensé que mi entrada sobre JuanGa iba a ser  iba a ser lo último que escribiría sobre él, y aunque directamente es así, nuevamente sale el tema a relucir.

A escasas horas de que falleciera “El Divo de Juárez”, Nicolás Alvarado,  en ese entonces director de TV-UNAM publicó una polémica columna en la que decía que a él no le gustaba Juan Gabriel.

La columna en sí no es polémica, más allá de  criticar las lentejuelas de los trajes del cantante “no por jota, sino por naca”. De acuerdo, el señor Alvarado no es la versión masculina de Talina Fernández, y seguramente al emitir su comentario se mordió la lengua… o se pellizcó los dedos, porque fue escrito.

La reacción del respetable no se hizo esperar. Desde la lapidación de Creonte, Rey de Tebas, que no se veía algo así. Sí, entiendo que el pueblo se sintió ofendido, pero la verdad,  como que exageraron.  Ante la ola de este juicio sumario las autoridades universitarias renunciaron a Alvarado. Ya lo decían los romanos “Vox populi, vox Dei”. Y justo ahí radica gran parte del problema:  las redes sociales tienen un ánimo linchador y justiciero.

Pero, como diría Raúl Velasco, aún hay más. Es en este circo de tres pistas que hace su entrada triunfal Torquemada y su Santa Inquisición, papel fielmente representado por el CONAPRED, que pretendía obligar a Nicolás Alvarado a retractarse de sus palabras y a asistir a un curso sobre discriminación ¡A Nicolás Alvarado! Quien ayudó a fundar, de la mano de Rincón Gallardo,  el organismo que después le diera vida al CONAPRED. Bueno, siendo sinceros eso sí me dio gusto, ya que , igual que le pasó a Ellen Degeneres, fue víctima de los propios monstruos que creó. El síndrome de Frankenstein, le podríamos llamar.

Creo que este asunto está muy lejos de terminar. Ignoro lo que le pueda pasar a Alvarado si camina por la calle, aunque dudo que le hagan algo. Ya lo dijo un troll de internet “somos unos cobardes que nos escondemos en el anonimato de la red”. Pero eso no es lo que me preocupa, sino el poder que tienen las redes sociales, poder que no recae en los más inteligentes y tolerantes; esto sin olvidar la censura que el CONAPRED puede ejercer en “nombre” de la tolerancia y lo políticamente correcto. Basta con que a algunos no les guste lo que decimos para ser censurados, y eso es muy peligroso.

Por el otro lado, es cierto que no debemos confundir libertad con libertinaje, y más que censura, debemos tener autocensura, saber hasta dónde nuestra opinión es válida, pero teniendo la total libertad de expresarnos.

Finalmente, yo creo que los integrantes del CONAPRED, antes de recomendar cursos sobre discriminación deben recomendar, y ellos mismos tomar, un sencillo curso de lectura de comprensión, así no verían insultos donde no los hay.

lunes, 29 de agosto de 2016

La muerte del Palomo

Era mediados de los 70’s y yo escuchaba a Juan Gabriel en la cocina de mi casa. Era una época en que, tanto José José como Juan Gabriel sólo lo escuchabas en las estaciones de AM y era considerada música para chachas (si fuera políticamente correcto me disculparía por el término, pero dado que no lo soy, y la palabra no la uso en tono despectivo, continúo). La verdad, a mi me gustaba, qué le voy a hacer, soy de alma naca.

Pasó el tiempo, y a principios-mediados de los 80’s todo cambió. Supongo que fue Raúl Velasco (gracias, Raúl, decía Luis Miguel), el que provocó dicho cambio. Raúl Velasco, en su programa “Siempre en Domingo”, decidía el futuro de los cantantes de aquella época. Si un cantante era “apadrinado” por Raúl, sabía que de ahí en adelante su carrera sería fuertemente impulsada, eso sí, comprometiéndose a que cada canción nueva que sacara lo haría, en primer lugar, en Siempre en Domingo, de lo contrario se corría el riesgo de ser vetado de Televisa y que su carrera terminara ahí.

Como les decía, fue en los 80’s cuando la difusión, y el público, tanto de José José como de Juan Gabriel cambió. ´De pronto ya era cool escucharlos y “Lo dudo” de José José y “Querida” de Juan Gabriel ya se escuchaban en todas las estaciones de radio del país. Sus videos pasaban en VideoÉxitos, con una joven Gloria Calzada en la conducción, programa que emulaba a los de MTV. Al menos en el ámbito nacional, dichos videos competían con “Thriller” y “Like a Virgin”, aunque la calidad en la producción de los mismos fuera abismal (ya vendría después Pedro Torres).

Gracias a esta nueva difusión, y a este nuevo enfoque, la música de Juan Ga se extendió por todas partes, llegando incluso al mercado hispano de Estados Unidos. A partir de aquí la fama del llamado “Divo de Juárez” crecía día a día y se volvió el compositor preferido de grandes de la música, como Rocío Durcal, quien de la mano de Juan Ga, vio renacer su carrera.

El éxito continuó, y fue tal su influencia, y el hecho de que seguramente a Carlos Salinas de Gortari le gustaba su música, que en 1990 se presentó en Bellas Artes, en un concierto sinfónico, siendo el primer cantante de estilo popular en presentarse en el recinto.

Además de todas sus canciones, tuvo siempre el buen tino de mantener su vida privada libre de escándalos, a pesar de ser un cantante homosexual en una época y en un país de machos. Quizás su mayor escándalo fueron sus deudas con Hacienda, lo que lo orilló a pactar con el gobierno para apoyar al candidato Labastida, con un jingle, que no por ridículo deja de ser memorable. El PRI pensó que el arrastre de Juan Ga sería suficiente para levantar la popularidad de un candidato que tendía al autosabotaje. Lamentablemente para él, quien triunfó en las elecciones fue Vicente Fox, quien no supo ser un estadista, y en lugar de tender puentes con el cantante ordenó su detención.

Nunca aceptó su preferencia sexual en público, aunque tampoco la negó. Incluso, en una entrevista se le preguntó directamente si era gay, respondiendo con una épica frase “Dicen que lo que se ve no se pregunta” (aunque muchos la han cambiado a “no se juzga”, quizás tengan alguna culpabilidad escondida).


En fin, que este domingo 28 de agosto, después de varios bulos anteriores, finalmente murió. Creo que a la mayoría nos marcó una etapa de nuestra vida, y pocos serán los que nunca hayan cantado una de sus canciones. Descansa en Paz, mi querido Juan Ga.