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lunes, 16 de enero de 2017

La posverdad en las fotografías de Trump y Obama


Las fotos de arriba han dado la vuelta a la red una y otra vez. En una lectura simplista, podemos ver la diferencia entre Trump y Obama, lo cual es inegable, pero también nos muestra cómo dos imágenes, sacadas del contexto,  pueden acoplarse a nuestras ideas y nos da argumentos que justifiquen nuestra posverdad.

Analicemos primero la de Trump. Lo vemos a él cubrirse con el paraguas mientras la esposa va atrás, mojándose. ¡Tómala, misógino!, gritan las feministas. No me cabe duda de que el señor Trump es un misógino, pero no por esta imagen. Podría indicarnos, en todo caso, que es un egoísta, al que sólo le importa taparse él, sin importarle el sexo de la persona que lo acompañe. Bien pudo haber sido uno de sus asesores, y también lo hubiera dejado mojarse. Podríamos intentar abogar por Trump, diciendo que no se había dado cuenta de que su esposa se mojaba, pero ni cómo defenderlo.

Pasemos ahora a la de Obama, quien deja a su esposa bajo el paraguas junto con el asistente que lo sostenía. ¿No hubiera sido mejor que él sostuviera el paraguas  y dejar que el asistente corriera para no mojarse? No sé, quizás pensó que por su altura, Michelle de todas formas se iba a mojar, puede ser. Ahora, si es cierto que esa foto habla bien de Obama, habla muy mal de su equipo de trabajo. ¿Dónde estaban, que no corrieron con otro paraguas para tapar a su jefe? Porque dudo mucho que el presupuesto de la Casa Blanca sea tan austero como para no tener dos paraguas… o quizás sólo fueron unos segundos, y la fotografía captó algo que en realidad no fue tan espectacular.


Y no, de ninguna manera estoy denigrando el gesto cortés de Obama, sólo los invito a que pensemos qué más hay detrás de una foto. Aunado a la sarta de mentiras deliberadas que circulan por la red, tenemos notas, dichos, fotos, que en cierta forma son verdaderos, pero que manipulados, con o sin dolo, nos dan una lectura completamente diferente.  No caigamos en la trampa de la posverdad, y queramos justificar nuestras ideas a como de lugar.

lunes, 4 de julio de 2016

Obama el populista

La Cumbre de Líderes de América del Norte ha sido una pesadilla para Enrique Peña Nieto, tanto por el desprecio de sus colegas como por las muestras de rechazo, ya sea de la gente en las calles como en internet.

Y es que el papel de los medios, así como de las redes sociales, ha sido decisivo en el linchamiento hacia su persona. Y no voy a decir que no se lo merece, después de todo la corrupción que aqueja su gobierno, así como el cinismo con el que se ufanan de sus propiedades nos tiene optudimoder.

El desprecio de sus colegas quedó en la máxima evidencia cuando al subir al estrado, el presidente mexicano señala con asombro al castillo canadiense, y los mandatarios norteamericanos parecen ignorarlo. Cuando se retiraban, Peña Nieto bajó, pero Obama y Trudeau permanecieron conversando arriba, por lo que Peña tuvo que regresarse a escuchar la conversación. ¿Torpeza política del anfitrión o mala leche de Trudeau y Obama? El clamor popular indica que fue lo segundo. No faltará quien se envuelva en la bandera del nacionalismo, y con voz de Libertad Lamarque digan que con ese acto han ofendido a México. Nada más lejos de la realidad. Una de las ventajas del gobierno de Fox es que dejamos de ver al Presidente como el Gran Tlatoani, por más que Peña y su equipo se hayan empecinado por volver a esos tiempos. Eso sí, que no se metan con nuestra Bandera porque ahí sí que les andamos partiendo la mandarina en gajos.

Hubo otro incidente con Obama. Se nota que el morenazo le trae ojeriza a Peña. EPN alerta sobre el populismo y en su discurso posterior Obama se declara populista. No, por favor, no se rían. Se que el chiste se cuenta solo, pero Obama lo dijo muy en serio. Claro, que hay que entender que no lo hizo por mala leche, al menos no con plena conciencia, y se debió más a un error de sintaxis. Obama dice ser populista porque está cerca de la gente y quiere dar beneficios a los más pobres. Noble forma de actuar que está muy lejos de la definición de populista, al menos de la que tenemos en México. Aquí populista es el político que promete cosas que sabe son imposibles de realizar, pero que es lo que el pueblo quiere oír. Con tal de que voten por él promete y promete, al fin que prometer no empobrece, y cuando llega al poder nada cambia, y si acaso hay cambios, son a costa de la estabilidad económica o social del país. No analizaré a López Obrador ni a Chávez porque hay gente que se acalambra con ello. Tampoco hablaré de Nicolás Maduro porque él no es un político populista, vaya, que ni siquiera es un político, sólo es un títere puesto en el poder. Entonces tomemos un caso más internacional, Boris Johnson y  Nigel Farage, líderes ideológicos del Brexit, mintieron y manipularon para que su opción fuese votada, prometieron que ya no iba a haber inmigrantes si salían de la UE, cuando la realidad comercial de Reino Unido con Europa hace imposible esta opción. Así pues, que los políticos populistas le cuestan mucho a sus países, y si no, basta recordar la docena trágica, los sexenios de Echeverría y López Portillo. Así que no, señor Obama, usted no es populista, por más apoyo que quiera dar a los pobres. De hecho un presidente de Estados Unidos no puede ser populista, se tendría que romper con muchos paradigmas sociales que componen la idiosincrasia yanqui.


lunes, 20 de junio de 2016

Renuncias

“Tras dejar la Casa Blanca entraré en LinkedIn”. Estas fueron las  palabras de Barack Obama el día de hoy. Y no es de extrañar, después de todo sus campañas presidenciales estuvieron basadas en Facebook y Twitter, aunque seguramente no necesitará hacerlo.

Los que sí deberían hacerlo son los ¿depuestos o renunciantes? Manlio Fabio Beltrones y Agustín Basave, presidentes nacionales del PRI y del PRD, respectivamente. Ahora que la cuestión sería si alguien los contrataría. ¿Ustedes lo harían? Porque, a pesar de que fueron nuestros empleados, después de todo su sueldo salía de los impuestos que pagamos, nosotros nunca los contratamos, venían en paquete con su partido, algo así como el juguete de Kinder sorpresa.

Y es que nuestros políticos son equiparables a dicho chocolate. Nunca sabes qué te va a salir, la mayoría de las veces no te gusta lo que traen dentro, y a final de cuentas no sirven para nada, sólo de adorno.

¿Y ahora quién vendrá? Es lo que nos preguntamos los ciudadanos porque, la verdad, no vemos a nadie con el compromiso y los tamaños para estar a la altura del país que pretender gobernar, o liderear, en su caso. Dentro de dichos partidos, sin embargo, la zozobra debe ser mayúscula. Los militantes no sólo se preguntarán quién es el bueno, sino qué les espera en el futuro. Dependen de quién sea el ungido para saber si van a tener chamba los próximos años o estarán en la congeladora. Repasarán nombres, analizarán alianzas y recordarán favores hechos. Esto los debe de tener con los nervios hechos polvo, el estómago destrozado y la bilis derramada. Bueno, una de cal por las toneladas de arena que llevan.

Los partidos políticos están enfrentando una grave crisis de credibilidad. Salvo uno que se cree Mesías, todos los demás han caído bastante abajo en nuestra confianza. Vamos, que hay actrices que le creen más a un desalmado narcotraficante que al Presidente Peña, y no digo nombres porque si no Kate del Castillo puede pensar que traigo algo contra ella, y que su vida corre peligro.

En fin, esperemos que de estas renuncias salga algo bueno. Por lo pronto podríamos solicitarle a Televisa que contrate a Beltrones para estelarizar “Las Nuevas Aventuras de Capulina”, total, la forma evasiva de hablar como que sí se le da.

La represión hacia los maestros


No estoy de acuerdo en que se use la violencia armada por parte de las autoridades para replegar a los maestros, pero tampoco está bien querer canonizarlos. Todos nos rasgamos las vestiduras con el caso de los 43 normalistas “desaparecidos”, y está bien, pero cuántos nos indignamos por la muerte de Gonzalo Rivas, provocada por los compañeros de los 43, y en una de esas, por alguno de los 43 ¿acaso su vida no vale porque no milita o apoya a algún sindicato?