martes, 26 de marzo de 2019

La Disculpa



La noticia del día, que empezó a recorrer las redes desde ayer, fue la ocurrencia de López de pedir que el rey de España se disculpara por las matanzas que se dieron durante la Conquista de México. ¿O sea, cómo?

Se vea por donde se vea, el planteamiento es ridículo.

En primer lugar, los mexicas, civilización ofendida, ya están prácticamente extintos. Habrá algunos descendientes que han mantenido la sangre 100% pura, pero son los menos. ¿Españoles, 100% puros, descendientes de esos conquistadores? Supongo que no habrá. Lo que sí hay, y por montón, es una raza que, en el momento de la Conquista, no existía. Los mexicanos de hoy somos resultado de esa mezcla español-indígena. Renegar de alguna de esas partes es renegar de nuestros orígenes, y ahí sí, la cosa está muy grave.

Uno de los grandes obstáculos de los mexicanos es ese sentimiento de victimización que nos cargamos. No es posible que se argumente que, para sanar las heridas y que el país prospere, sea necesario que “nuestros victimarios” nos pidan perdón. En dado caso, a quien tendríamos que exigirle disculpas sería a nuestros choznos que vinieron con Cortés, no a Felipe VI.

En segundo lugar, tenemos la necedad tan marcada en estos tiempos de ofendidos y sentidos por todo, de juzgar los hechos del pasado a la luz de las ideas de hoy. Es cierto que una invasión de esta magnitud que se diera en estos días, tendría el rechazo casi unánime, pero si entendemos la historia mundial, explorar y reclamar territorios era el pan de cada día en la Europa de mediados del milenio pasado. Es tanto como si se exigiera que los italianos se disculparan con el resto de Europa por las conquistas del Imperio Romano.

Un tercer punto, es la Conquista en sí. Suponer que unos cientos de hombres, por más armas y enfermedades que trajeran, lograron conquistar a un imperio de millones de habitantes, sólo nos permite dos vías. O que los aztecas eran unos imbéciles (cosa fácilmente descartable, después de todo unos tontos no habrían podido consolidar semejante imperio) o bien, que esos españoles recibieron ayuda. ¿De los extraterrestres?, por supuesto que no. Fue de las tribus que estaban bajo el yugo de los aztecas. ¿Entonces, no estaríamos admitiendo que hubo traición entre nuestras filas?

Tampoco. Eran pueblos rivales, que no tenían más lealtad que hacia su rey, que no era Moctezuma II. Así que tampoco podemos hablar de traición propiamente dicha. Lo que sí queda claro es que nuestros antepasados, sí, tus familiares directos, tanto del lado europeo como del americano, son responsables de dicha Conquista, así que, lo propio sería que cada quién le exija las disculpas a sus familiares y nos dejemos de tonterías.

Los seguidores de López, como siempre, salen en su defensa, argumentando que Trudeau ofreció disculpas a los nativos de Canadá, que el Papa Francisco se disculpó a nombre de la Iglesia Católica por estas matanzas, que Merkel se disculpó por el Holocausto. Bonitos ejemplos, de verdad, en las que queda claro que las disculpas se ofrecen, no se piden, por lo tanto, el numerito de López está fuera de lugar. 

Además ¿por qué pedirle al Papa sus disculpas si éste ya las dio? Como que es mucho resentimiento ¿no? Y eso sin olvidar que, si tomamos ese ejemplo, entonces al que correspondería disculparse es a López, como cabeza de gobierno y descendiente de esos genocidas.

Y por supuesto que los gobiernos de América, desde Canadá hasta Argentina deben pedir perdón por el trato hacia las culturas nativas, pero no por lo que ocurrió hace 500 años, sino por lo que ocurre en la actualidad. Destruimos sus ecosistemas, su cultura y los usamos como argumento político para que vean lo bueno que somos.

lunes, 17 de diciembre de 2018

Ellos vinieron (y quieren callarnos)




Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas, guardé silencio,
porque yo no era comunista,
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista,
Cuando vinieron a buscar a los judíos,
no pronuncié palabra,
porque yo no era judío,
Cuando finalmente vinieron a buscarme a mi,
no había nadie más que pudiera protestar.”
Ellos vinieron, por Martin Niemöller

Empezó el gobierno del presidente López y con él la oficialización de una política de censura que ya se venía dando, no sólo desde el 2 de julio, sino desde antes. Proceso, Loret de Mola, Yahoo. Uno a uno han sido acallados por el presidente de todos ustedes, en primer término, y seguido por la masa que los sigue que, sin detenerse a pensar, acallan todo comentario crítico hacia la figura de su Mesías, o bien de sus apóstoles, con insultos y, demostrando, el poco criterio que los caracteriza. Porque hasta parece que los adoctrinan, ya que todos responden de manera idéntica y sin dar argumentos.

A ver, me dirás intrigado, y con razón. ¿Dijiste Proceso? ¿La revista más pro AMLO que existe? Pues sí. En Proceso se atrevieron, no a criticarlo, sólo a cuestionarlo, y ahora ya son miembros de la Mafia del Poder (o deberíamos llamarla Mafia Opositora, ya que Morena ahora es la nueva Mafia del Poder). Los seguidores de López hicieron un llamado a boicotear Proceso ¿¿?? O sea, ¿me puede repetir la pregunta?

¿Alguna vez te has puesto a platicar con los Testigos de Jehová? Pues hagan de cuenta. Te sueltan todo su rollo, así de corridito, respirando sólo lo necesario para evitar morir, pero sin dar tiempo a que los interrumpas, y cuando les cuestionas sobre sus creencias no te saben responder y dan sus frases de cajón, jugadas de vestidor, dirían los cronistas deportivos.

Hoy es Proceso y Loret de Mola, mañana cualquier medio disidente. Su consigna es callar a la voz crítica. ¿Qué podemos hacer? Justo no caer en su jueguito. López, al igual que su antecesor, no soporta la crítica, aún y cuando él la ejerce libremente, y hará todo lo posible por mantenernos callados. Y es ahora cuando no debemos de dejar de señalar estas irregularidades, este atropello a la libertad, y no permitir que su jauría de seguidores le haga el trabajo sucio.

Y aquí es donde entramos a una de tantas incongruencias de estos AMLOVERS, que se hacen llamar. Siempre se sentían paladines de la libertad de expresión y acusaban al gobierno represor ¿y ahora, dónde quedó esa libertad? ¿Será que sólo quieren libertad para ellos, para criticar a sus opositores pero no soportan la más leve crítica hacia los de su bando? Uy, qué delicaditos me salieron.

Así que, a pesar de la lluvia de insultos, a que echan montón y a que les subimos el azúcar con nuestras críticas, es nuestyro deber moral seguir alzando la voz.

Si tú eres de los que prefieres callar porque eso no te afecta, recuerda que llegará el momento en que te afecte y ya no habrá nadie para defenderte.

miércoles, 5 de septiembre de 2018

¡Fuera Porros!




El día de hoy, miércoles 5 de septiembre, los estudiantes de la UNAM estarán marchando de Ciencias Políticas hacia Rectoría, en donde entregarán un pliego petitorio, cuyo principal punto es exigir a las autoridades universitarias, seguridad.

La UNAM está atravesando uno de sus puntos más álgidos en esta materia. Todos los días los estudiantes son víctimas del robo y del asalto, aún dentro de las aulas. Son frecuentes los robos de celulares, dinero y la extorsión, todo esto ante la respuesta indolente del Rector Graue.

El detonante de esta protesta, que inició el lunes en la tarde con el paro de la Facultad de Ciencias Políticas, fue el secuestro y asesinato de la estudiante del CCH Oriente, Miranda Mendoza Flores, justo cuando salía de la escuela. Sus compañeros, hartos de la inseguridad y ante la nula respuesta de las autoridades universitarias, decidieron hacer una marcha este lunes hacia Rectoría, donde fueron atacados por un grupo de porros, sin que los vigilantes de la universidad movieran un dedo.

El paro de la UNAM no tiene tintes políticos ni económicos. Se trata de una legítima lucha por la supervivencia. Literalmente las están matando, y digo las porque, en su mayoría, han sido mujeres.

El Rector condenó enérgicamente el hecho y anunció que daría de baja a los porros en cuestión, cosa que seguramente provocó que se les espantara la leche. Esa medida tan draconiana les debe de haber quitado el sueño. Sobre todo si tomamos en cuenta de que muchos ni estudiantes son, sin olvidar que ese fue sólo un pequeño grupo de porros de los tantos que asolan la Universidad. Vamos, que equivaldría a presumir que apagamos una fogata cuando estamos en medio de un incendio.

Ya veremos en qué termina todo esto. Por lo pronto sería bueno que nos detengamos a reflexionar ¿Y si imitamos el ejemplo de estos jóvenes y exigimos a nuestras “autoridades”(es un decir) que resuelvan el problema de la inseguridad en el país?