Que un político, de cualquier nacionalidad, acepte que se
equivocó, ya es algo insólito. Si además ese político es mexicano, es
verdaderamente milagroso, y si esto fuera poco, si es el mismísimo presidente
¡No, ahora sí Cruz Azul va a ser campeón!, es el apocalipsis zombie.
Hace unos días Enrique Peña aceptó que la compra de la
llamada “Casa Blanca” fue un error. Los camarógrafos fallaron, debieron haber
hecho un acercamiento dramático mientras el ingeniero de audio ponía la música
que usan cuando en una telenovela pasa algo impactante. Y es que de verdad fue
como de melodrama, eso sí, chafa; como que la actuación de López Portillo fue
más dramática, nos impactó, pues, aunque tampoco nos la hayamos creído.
Y es que definitivamente, aunque Peña sea una estrella más
del canal de las estrellas, como que no puso mucha atención a sus clases en el
CEA. Lo notamos frío, distante, por momento molesto, como si lo estuvieran
obligando a hacerlo. Y seguramente así fue, me imagino el diálogo.
- Me mandaste a llamar, Carlos – entró inseguro Peña
- Si Enriquito. Fíjate que todo el asunto de la casa de la
Gaviota me tiene muy preocupado
- Sí, a mi también, no he..
-¡Cállate, no me interrumpas! Mira, tus índices de
aceptación están más bajos que los míos, y la verdad no me gusta nada que me
estés robando el papael de villano favorito, por no mencionar que corremos
peligro de que nos vuelvan a sacar de Los Pinos – dijo Carlos muy molesto.
- Perdón, es que ya sabes cómo es el pueblo de México, ni
aguantan nada – se excusó Peña, temeroso de interrumpir a su patrón.
- Lo sé. Pero bueno, el caso es que vas a tener que pedir
disculpas, aceptar que fue un error haber comprado esa casa.
-¡No la friegues, Carlos! El pancho que me va a armar la
Gaviota después de que salió a poner su cara de mensa, diciendo que la había
comprado con el esfuerzo de su trabajo
-Mira, si fuera tan buena actriz, los hubiera convencido,
pero, ya ves, volvió a la fama a causa de tantos memes. Ni modo, ya la
calmarás. Lo que no está a discusión es que tienes que pedir perdón.
Y así fue como vimos al presidente disculparse de forma
tibia ante la Nación. No muy convencido, y sobre todo, sabiendo que no iba a
haber repercusiones por ello, nada más allá que algunos cuantos memes,
protestas aireadas de intelectuales y otros no tanto, pero que se sienten como
si lo fueran, y el pueblo enojado pidiendo su renuncia con la certeza de que
ésta no va a llegar nunca.
Más allá de que la compra haya sido legítima o no, la
cuestión es que, haga lo que haga, Enrique Peña Nieto ya perdió toda autoridad,
y eso que aun no se ha elegido al próximo presidente.
Ciertísimo...
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