Hace unos días Ellen Degeneres, presentadora de un programa gringo, incendió las redes con la foto que encabeza esta entrada y el comentario "Así es cómo corro desde ahora para hacer los encargos". Tenía pocos minutos de haberla subido cuando ya tenía tweets diciéndole que no era graciosa, que eso era racismo y demás golpes de pecho que suelen darse los políticamente correctos.
Lo irónico del asunto es que Ellen es una de las personas
más políticamente correctas. Defensora de los derechos de los LGBT (y demás
siglas que le han ido añadiendo en pro de que ninguna minoría sexual se sienta
discriminada), sus comentarios siempre han sido fuertes pero respetuosos. De
hecho se comenta que fue víctima de los propios monstruos que ha creado.
Ya lo he advertido en otras ocasiones. Ser políticamente
correcto no es nada saludable. Porque seamos sinceros, alguien que no tiene
sentido del humor no es alguien sano. Necesitamos reírnos de algo, de nosotros
en primer lugar, para poder ser felices. Si nos tragamos todo lo que sentimos y
pensamos, en aras de no mencionar algo que pudiera herir susceptibilidades ,
vamos a estallar.
La verdad, y más allá de que nos agrade Degeneres o no, la
foto en ningún modo ofende, ni a Usain Bolt ni a las personas de color. Es sólo
un chiste en el que dice que su próximo transporte va a ser Bolt, y así llegará
más rápido a donde tenga que ir. Sí, es cierto que no ganará como el mejor meme
del año, pero está simpático, es ingenioso.
El problema, y la indignación, surgió porque era un corredor
negro. ¿Qué hubiera pasado si el hombre más rápido del mundo hubiese sido
blanco? Seguramente Ellen hubiera hecho el mismo meme, pero ahí sí que nadie
hubiera dicho ni pío. Bueno, seguramente le hubieran celebrado la ocurrencia.
Entonces, tenemos que el problema no es el meme, tampoco lo es que usara a otra
persona como medio de transporte, al menos digitalmente. ¡No! El problema es el
color del corredor. ¿De verdad?
Entiendo que en Estados Unidos la minoría negra ha pasado
por una larga historia de discriminación y menosprecio, y que aún se tiene
mucho que trabajar. Pero de ahí a sentirse ofendidos en una broma que lo que menos
buscaba era ofender, hay mucho trecho. Para todos aquellos que se sintieron
ofendidos, porque el pasado los carcome, les sugiero que vayan al psicólogo,
les ayudará mucho a superar sus traumas, y lo más importante, les ayudará a
dejar atrás su complejo de víctimas, que en nada es beneficia para ser felices.
En serio quénomamenirsumamá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario