Les advierto. Esta entrada puede ser ofensiva para algunas
personas. Si eres de la Vela Perpetua o el mismísimo Jesucristo en persona te
habla todos los días, mejor salte, no te va a gustar lo que vas a leer.
El sábado 10 de septiembre, o sea mañana, y el 24 del mismo
mes (¿habrán escogido que sea sábado par para que sus autos puedan circular?)
va a llevarse a cabo la famosa “Marcha por la Familia”. Y no, no se trata de
todas las familias, sino de la familia tradicional, la familia Bíblica,
argumentan algunos. Y no sólo se van en
contra de las familias homoparentales, sino que también en contra de las madres
y padres solteros. Va a ser un evento muy educativo, que todo estudioso del
comportamiento de la sociedad en la edad media no se debe perder.
Pero ¿qué significa exactamente la familia tradicional? O peor
aún, la Bíblica. La que está formada por un papá, una mamá y los hijos. De
acuerdo, vamos a analizar el rol tradicional de cada elemento. Aquí aclaro que
no necesariamente es el que los marchistas piensan, pero sí el que sería
tradicional y Bíblico.
PADRE: Es el jefe de la familia, el ya-vas-que-chutas, el
héroe de la película, diría Marín. Es el único encargado de proveer los
recursos necesarios para el hogar. Él tiene la última palabra y no conviene
hacerlo enojar, ni molestarlo con las tonterías de sus hijos. Es un ser temido
y “respetado”. En la versión Bíblica se
pone mejor. Puede tener varias esposas y tiene esclavas de las que puede
disponer sexualmente, todo esto con la ¿aprobación? De su esposa. ¡De lujo,no!
No me extraña que muchos hombres quieran ir a esta marcha. Lo único malo es la
lana, porque con lo caro que está todo y los sueldos tan bajos, sí va a sufrir
para pagar él solito todos esos gastos.
MADRE: Si bien el hombre es como Cristo, cabeza de la
Iglesia, la mujer es esa Iglesia, sostén de esa cabeza, pero que está sujeta a
la autoridad del esposo. O sea, sumisas. Cuidadito y con gastar de más, hacer
enojar al marido, etc. Tiene que estar contenta con lo que él le de para gastar
y administrar para que ese gasto alcance, algo así como la Bartola. En relación
a la Bíblica no hay mucha diferencia, salvo que tienen que convivir con más
esposas y los hijos de otras. No entiendo a las mujeres que apoyan una marcha
machista.
HIJOS: Los hijos ven, obedecen y callan. Todavía la esposa
podría sutilmente dar su opinión, pero mientras los hijos estén vivan en la
casa, no tendrán ningún derecho. Y el papel de las hijas va en desventaja con
el de los hijos, pues ellas tendrán que servir de chachas a sus hermanos.
Habrá alguien que me argumente “No, pero es que los tiempos
han cambiado, ya no son esos papeles”. De acuerdo, los tiempos han cambiado, y
la estructura familiar también, entonces ¿por qué no aceptar familias
homoparentales? ¿ o a las uniparentales? ¡Vamos, que hasta Alfred y el pequeño
Bruce eran familia y nadie le cuestionó eso a Batman!
Creo que debemos abrirnos a aceptar otras formas de pensar,
en tanto que éstas no dañen a alguien más. A mí se me hace más ofensivo un niño
abandonado en un orfanato que siendo
hijo de una pareja homosexual que le da amor. De verdad, va a ser una persona
más plena y feliz. Y por favor, dejen de andar citando frases Bíblicas para
justificar su miedo. Yo les puedo citar otras tantas que no llevan a la
práctica, así que también están en pecado y desagradan a Dios.
Además, que quede claro, nadie pretende hacer desaparecer a las familias heterosexuales, sólo se trata de dar cobijo y respetar los derechos de todos los individuos, sin importar su raza, credo o preferencia sexual. El no respetarlos es discriminación, y aquí sí no veo al CONAPRED mandando a obispos y pastores a tomar un curso de sensibilización ¡Hipócritas! (o le tienen miedo a la Iglesia).
Por cierto, la marcha comienza a las cinco de la tarde del
sábado, por lo que, si leen su Biblia, estarían rompiendo con la observancia de
guardar el sábado, lo cual se castiga con la muerte. Digo, hay que ser congruentes,
y no podemos condenar a unos y perdonar a otros.
Y, aunque yo ni entro en la mentada categoría de familia, porque los gatos no cuentan en esto... 😠 Yo sí quiero dejar claro que esos personajes marchadores, con CERO caridad (cristiana) o amor al prójimo, con MUCHO miedo de lo diferente, pues podría terminar siendo un espejo de lo que ellos son... Con menos de un dedo de frente (y perdón por usar a los monitos para hablar de alguien muy idiota, porque los monitos no se enfrascan en esas jaladas...) esos seres, digo... ¡No marchan en mi nombre!
ResponderEliminarQué barbaridad... Últimamente no me siento representada... Ni por Peña ni por estos seres atroces...
Lo bueno es que sé que somos varios los que pugnamos por la convivencia armónica y respetuosa de las diferencias.