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jueves, 6 de octubre de 2016

Censura en FB


Estimados censores de Facebook:

Les dedico esta entrada porque, la verdad, no entiendo por qué me han vuelto a censurar. El problema es que ustedes no se dignan a darme una respuesta.

La primera vez lo atribuí a que atacaba a Carmen Aristegui, lo cual, aunque incongruente, podía entenderlo, vaya pues, que había una razón ¿pero en esta ocasión? No suelo usar palabras altisonantes ni hago revueltas para derrocar al régimen. De hecho, curiosamente, cuando critiqué a Peña no sufrí censura alguna. Todo parece indicar que el deporte preferido es “pégale al presidente”, y ahí sí, todos felices y contentos.

En la entrada censurada recientemente, lo más grave que usé fue “los descerebrados que condenaron a Emma…”, y ahora que lo pienso, quizás ahí estuvo su enojo. A lo mejor el encargado de la censura de su plataforma haya sido uno de estos descerebrados.

Quizás me equivoco y el motivo fue más altruista. Querían detener este linchamiento que se desató en contra de la pobre de Emma, y estoy de acuerdo, claro, si mi entrada hubiese sido una piedra más en contra de ella. Pero bastaba leer mi comentario al post, en el que explicaba que no ponía foto por respeto a la víctima para entender que mi escrito no iba por ahí, al contrario. Además, si piensan censurar algo, al menos tómense la molestia de leerlo.

Por otro lado, no sé como tomarlo, si como un halago o como una afrenta, después de todo, sin temor a exagerar, me elevan al nivel de Joyce, Boccaccio o Rushdie, todos ellos autores censurados, aunque bueno, la verdad sí estoy exagerando. De cualquier forma preferiría ser comparado con  Whitman o alguno de los poetas malditos, como que tiene más caché.

Aunque, bueno, siendo sinceros, soy un malagradecido. Gracias a su censura dicha entrada rebasa las mil visitas ¡Todo un record! Seguramente lo que ustedes quieren es hacer famoso mi blog y poder monetizarlo . Todo es por mi bien, y yo aquí criticándolos sin razón. Ustedes perdonen pero me dejé llevar.

Paraolímpicos

Terminaron los Juegos Paraolímpicos, y México ocupó un lugar destacado. Consiguieron apenas una medalla de oro menos que el total de medallas que consiguieron los Olímpicos, que por cierto, ninguna fue de oro.
Como reflejo de la mala administración de Castillo al frente de la CONADE estos juegos Paraolímpicos tampoco fueron de las mejores participaciones. De hecho, si eliminamos las del 72, que fueron las primeras y enviamos sólo 7 atletas, estos son los terceros peores resultados, pero si a los Santos los santifican, a las ratas las ratifican, y Castillo fue ratificado en su puesto.

¿Pero por qué nos va mejor en los paraolímpicos? Es lógico. En México el gobierno Federal, el Estatal y hasta el Municipal apoyan al deporte paraolímpico. Basta ver el estado tan lamentable de las banquetas por las que circulan a diario dichos atletas. Con tanto entrenamiento, lo mínimo que podían hacer es ganar.

martes, 14 de junio de 2016

Comunícate

Pareciera contradictorio que en esta época, en que tenemos mil y un formas de comunicarnos, estemos cada día más aislados de los demás. La tecnología, que debería servirnos para unirnos, nos separa.

Tomemos como ejemplo el celular. Si bien es cierto que nos sirve para hablar, para estar en contacto con los demás ¿qué hacemos cuando vamos por la calle o nos subimos al transporte público? Sacamos los audífonos y nos desconectamos del entorno, de los demás.  Cuando estamos comiendo, en lugar de estar platicando con los que estamos nos ponemos a platicar con alguien más a través del whatsapp, a mirar el Facebook o algún video en youtube. Me ha tocado ver personas que, estando en la misma mesa, se ponen a platicar vía  whatsapp, y no es porque quieran comentar algo que los demás de la mesa no puedan escuchar, ya que se encuentran solos. Pareciera que la comunicación cara a cara, sin que haya una pantalla de por medio, les asusta.

En algunos casos esta comunicación a distancia sí es muy beneficiosa. Todos tenemos amigos y familiares que viven en otra parte del mundo, e incluso del país, y si no fuera por toda esta tecnología sería  muy difícil estar en contacto con ellos. El problema es con los que tenemos cerca, y peor con los que viven o trabajan en el mismo lugar que nosotros. Hay mamás que, en lugar de subir a la habitación de sus hijos a preguntarles algo, lo hacen por medio de un mensaje ¿qué nos está diciendo esto?

Debemos aprender a comunicarnos, de ser posible frente a frente, y si no, al menos utilizar el mejor canal y las mejores herramientas para ello. No es lo mismo mandar un parco saludo por whatsapp que escribir un mensaje un poco más largo, ya sea por mail, inbox o el mismo whatsapp. El chiste es que no sea un saludo rutinario sino palabras que le permitan a nuestro interlocutor saber que nos importa.

Y todo esto viene a colación por dos acontecimientos, uno internacional y uno personal. La matanza de Orlando, así como tantas matanzas que ha habido en Estados Unidos pudieron haber sido, si no impedidas al cien por ciento, al menos detectadas con anticipación. Los padres estamos tan metidos en nuestros problemas y en nuestra vida que no escuchamos los mensajes que los hijos nos quieren dar. Si detectamos algún problema no nos sentamos a hablarlo con nuestros hijos, y si llegamos a hacerlo los mensajes no son directos. Quizás no usamos las palabras adecuadas o el tono no es el correcto. Los hijos tienen necesidad de ser escuchados, y si el medio es matando lo harán. No en vano a estos asesinos en masa los describen como personas reservadas, calladas. Hay que volver a estar en contacto con los nuestros.

La semana pasada tomé un curso de comunicación asertiva y pude ver cómo nos mal comunicamos con los demás, y de ahí esta reflexión. Muchas gracias a Maricarmen, la ponente, así como a mis maravillosos compañeros: Rita, Miriam, Pao, Sandra, Pablo, Moisés, Miguel Ángel, Manuel y Alejandro, aprendí mucho de ustedes.


Ojalá y todos nos tomemos un momento para reflexionar cómo está nuestra comunicación con los demás. Hablémosles, escribámosles o veámoslos en persona, cada quien sabrá con quiénes lo hará y de qué modo. Que en Facebook no te conozcan como el Like más rápido del oeste. Detente a dejar un comentario, a demostrar que existes y que la persona a la que comentas es importante para ti.