Estimados censores de Facebook:
Les dedico esta entrada porque, la verdad, no entiendo por
qué me han vuelto a censurar. El problema es que ustedes no se dignan a darme
una respuesta.
La primera vez lo atribuí a que atacaba a Carmen Aristegui,
lo cual, aunque incongruente, podía entenderlo, vaya pues, que había una razón
¿pero en esta ocasión? No suelo usar palabras altisonantes ni hago revueltas
para derrocar al régimen. De hecho, curiosamente, cuando critiqué a Peña no
sufrí censura alguna. Todo parece indicar que el deporte preferido es “pégale
al presidente”, y ahí sí, todos felices y contentos.
En la entrada censurada recientemente, lo más grave que usé
fue “los descerebrados que condenaron a Emma…”, y ahora que lo pienso, quizás
ahí estuvo su enojo. A lo mejor el encargado de la censura de su plataforma
haya sido uno de estos descerebrados.
Quizás me equivoco y el motivo fue más altruista. Querían
detener este linchamiento que se desató en contra de la pobre de Emma, y estoy
de acuerdo, claro, si mi entrada hubiese sido una piedra más en contra de ella.
Pero bastaba leer mi comentario al post, en el que explicaba que no ponía foto
por respeto a la víctima para entender que mi escrito no iba por ahí, al
contrario. Además, si piensan censurar algo, al menos tómense la molestia de
leerlo.
Por otro lado, no sé como tomarlo, si como un halago o como
una afrenta, después de todo, sin temor a exagerar, me elevan al nivel de
Joyce, Boccaccio o Rushdie, todos ellos autores censurados, aunque bueno, la
verdad sí estoy exagerando. De cualquier forma preferiría ser comparado
con Whitman o alguno de los poetas
malditos, como que tiene más caché.
Aunque, bueno, siendo sinceros, soy un malagradecido.
Gracias a su censura dicha entrada rebasa las mil visitas ¡Todo un record!
Seguramente lo que ustedes quieren es hacer famoso mi blog y poder monetizarlo
. Todo es por mi bien, y yo aquí criticándolos sin razón. Ustedes perdonen pero
me dejé llevar.
Paraolímpicos
Terminaron los Juegos Paraolímpicos, y México ocupó un lugar
destacado. Consiguieron apenas una medalla de oro menos que el total de
medallas que consiguieron los Olímpicos, que por cierto, ninguna fue de oro.
Como reflejo de la mala administración de Castillo al frente
de la CONADE estos juegos Paraolímpicos tampoco fueron de las mejores
participaciones. De hecho, si eliminamos las del 72, que fueron las primeras y
enviamos sólo 7 atletas, estos son los terceros peores resultados, pero si a
los Santos los santifican, a las ratas las ratifican, y Castillo fue ratificado
en su puesto.
¿Pero por qué nos va mejor en los paraolímpicos? Es lógico.
En México el gobierno Federal, el Estatal y hasta el Municipal apoyan al
deporte paraolímpico. Basta ver el estado tan lamentable de las banquetas por
las que circulan a diario dichos atletas. Con tanto entrenamiento, lo mínimo
que podían hacer es ganar.
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