lunes, 27 de junio de 2016

Haters

Una de las muestras de que mi blog no tiene mucha difusión es que no tengo Haters. Y no, no es queja, sólo es observación.  Porque tarde o temprano a cualquiera le cae esta plaga. No sé a ciencia cierta si es una “evolución” de los trolls o son un híbrido. El caso es que todo lo tienen que andar criticando.

Hace tiempo tenía la teoría de que estas personas insultan y se pelean con los demás al amparo del anonimato que generan las redes sociales. No saben con quién están tratando, así que no dudan en ofender, sin importarles si lastiman sentimientos, total, ellos sólo están interactuando con una pantalla. Yo creía que si estas personas se encontraran frente a frente con alguien no se atreverían a humillar a los demás y se limitarían en su lenguaje. Y no dudo que la mayoría sí  actuaría de esta forma, pero después de conocer a tontos #ladys y tantos #lords me doy cuenta que hay gente que está peleada con la vida y es de temperamento agresivo y arrogante.

Y estos son los que vemos en las redes sociales, pero cuántos más no habrá, villanos anónimos que pasan por la vida imponiéndose sobre los demás. Las reglas de convivencia dicen que tus derechos terminan donde empiezan los de los demás, pero a estos patanes parece tenerlos muy sin cuidado.

Y todo comienza con la educación, primero, la de la casa, que se refuerza con la de la escuela. Y aquí es donde la puerca tuerce el rabo. Si vemos a los vándalos que, so pretexto de la reforma educativa se dedican a robar, quemar y agredir a la ciudadanía, en sus bienes y en sus personas, ¿qué podemos esperar que aprendan sus alumnos? Y conste que estoy consciente que no todos los maestros son vándalos ni todos los vándalos que acuden a estas marchas son maestros.  Pero los medios de comunicación, y la sociedad en general, así lo perciben. ¿Qué ejemplo, con qué autoridad moral pueden pararse frente a su clase y decirle a los niños que tengan un comportamiento ejemplar?

Debemos educar a nuestros hijos, sí, a que defiendan sus derechos, pero de forma pacífica,  sin pasar por encima de los demás. Tenemos que ser ejemplo para ellos de que las diferencias se pueden arreglar sin violencia, sin gritos ni golpes. Cada día estamos más desquiciados, reaccionamos más violentamente y estamos más asustados, y el miedo genera odio y rencor (y es el camino al lado oscuro, de acuerdo al Maestro Yoda). México está bastante enojado, y sí, mucha de la culpa la tienen los gobernantes, pero, por nuestro bien y el de nuestros hijos, tratemos de serenarnos, de recordar que somos seres pensantes y  actuemos como tal. Ya demasiada violencia hay en el cine, en la tele, en los videojuegos, como para aumentar la dosis nosotros (aunque la que realmente influye es la nuestra, no queramos echarle la culpa a los medios).

Quedémonos con las palabras de Lennon y McCartney  “All we need is love”.

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