Miguel Ángel Mancera acaba de presentar el nuevo esquema del
programa Hoy No Circula. En él destaca un punto: Los automóviles modelo 2016 y
los híbridos son los únicos que pueden aspirar a la calcomanía doble cero. ¿Qué
tienen de especial los modelos 2016 que no tengas los 2015? La verdad no lo sé,
pero supongo que nada. Esta maniobra parece más un negocio de Mancera que una
verdadera preocupación por nosotros, sus gobernados. Y es que suena lógico. El
gobierno de la CDMX restringe la circulación a autos viejos a fin de que el
parque vehicular se renueve, las agencias de coches se benefician con las
ventas y premia, por llamarlo de alguna manera, al titular de dicho gobierno. O
sea, un negocio redondo, donde los fregados, como siempre, somos nosotros.
Y la verdad no culpo a Mancera. Después del estrepitoso fracaso que fueron las elecciones de Los
Constituyentes en la capital, fracaso que no sólo es por el aplastante
resultado que puso a Morena como la primera fuerza política de la ciudad, sino
que además fue un fiasco por la nula participación. Ante este panorama queda
claro que Mancera no tiene un liderazgo real, una buena imagen hacia sus
gobernados y que difícilmente podría ser un factor positivo para su partido en
las elecciones del 2018.
Si además sumamos los triunfos que la mancuerna PAN-PRD
tuvieron en el resto del país, vemos casi imposible que su partido se arriesgue
a hacer el ridículo proponiéndolo como candidato. De hecho no me extrañaría
nada que para la presidencial vuelvan a unir sus fuerzas, y será en torno del
candidato de Acción Nacional. De cualquier forma, si no se diera esta alianza,
o si no es alianza pudiera ser declinación, entonces el PRD buscará su
supervivencia y tendrá, aunque se tenga que tragar el orgullo y no le quede más
remedio, que buscar la alianza con Morena. En cualquier escenario, no figura
Miguel Ángel Mancera.
Entonces, dado que prácticamente ya es un cadáver político,
lo único que le queda es asegurar su futuro económico.
Ojalá y que, en un golpe de iluminación celestial, Mancera
recapacitara y se diera cuenta en dónde están realmente las causas de la
contaminación. Mientras eso sucede, si es que pasa, nosotros tendremos que
aguantar las malas políticas de forma estoica, que para eso nos pintamos solos.
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