Ayer escribí sobre un Rubén, hoy escribiré sobre otro, uno
muy distinto al impresentable de ayer. El de hoy nos trajo muchas alegrías a
casi toda una generación que crecimos viendo El Chavo del 8. Y digo casi porque
no falta el amargado que, pobrecito, sus padres no dejaban que viera dicho
programa, porque era para tontos. Ignoro cuántos hijos habrá tenido Octavio Paz
o Carlos Fuentes (que dicen las malas lenguas que fueron muchos), pero no creo
que se acercaran al número de adultos cuyos padres les prohibieron ver El Chavo
del 8, así que sí, pobrecitos, sus padres eran unos snobs pseudointelectuales.
O puede ser que no, ya que Chespirito, junto con Raúl Velasco y Jacobo, hicieron
programas que la gente ahora dice que no veía, pero que si se hubieran medido
los ratings, se demostraría lo contrario.Ya hablaremos algún día de este
fenómeno y del daño que le hacen los padres a sus hijos por no dejarlos ver los
programas que la mayoría de sus compañeros de escuela ve.
El punto es que murió Rubén Aguirre, mejor conocido como el
profesor Jirafales, o como le decía El Chavo "el maistro Longaniza". Es verdad que hizo más papeles entrañables, como el de
Lucas Tañeda (de los chifladitos) o el sargento Refugio (de los caquitos), pero
sin lugar a dudas el que se nos quedó en la mente es el Profesor Jirafales y su
famoso “ta,ta,ta,ta,tá”, que reflejaba al típico maestro de vocación, que
aunque tenía sus limitantes, tanto personales como culturales, amaba enseñar y
se esforzaba por transmitir sus conocimientos de forma que todos sus alumnos
entendieran, incluido Don Ramón, al cual, eso del estudio, como que no se le
daba.
Yo me pregunto si la causa de su muerte no habrá sido el
exceso de cafeína por culpa de Doña Florinda. En fin, muchas gracias Rubén por
tantos años de risa y diversión; por ser una persona que se mantuvo alejado de
los dimes y diretes que sostuvo Florinda Meza con el resto del elenco, y cuya
imagen se mantuvo siempre limpia.
El tiempo pasa y es inexorable. La muerte no perdona a
nadie, y ahora te tocó a ti, Rubén. Poco a poco la vecindad se está volviendo a
reunir, para los creyentes, en el cielo, para los que no, en el imaginario
colectivo en el que vivirán por siempre mientras haya alguien que se acuerde de
ellos. Y vaya que Televisa se ha empeñado en que nunca los olvidemos, la verdad,
para deleite de las nuevas generaciones.
Los otros maestros
Si los maestros de la CNTE se parecieran, siquiera un poco
al amado Profesor Jirafales. Él nunca dejó a ningún niño sin clases, ni
siquiera por Doña Florinda. En cambio estos maestros rijosos, no sólo no les
remuerde la conciencia (¿tendrán?) por dejarlos sin clases, sino que además los
extorsionan, a ellos y a sus padres, para que les den dinero para sus marchas.
Lo inconcebible es que aún haya gente que los apoye, y no me refiero a López
Obrador, ya que él sólo los utiliza.
Aunque hay quien dice que en realidad iba a ver a Doña Florinda porque Quico era huérfano de un marino que fue a la guerra y quería "negociar" las calificaciones con la mamá para que mantuviera su beca. ¿Será?
ResponderEliminarA mi hijo de casi 23 aun lo hace reir el programa jajaja
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