domingo, 26 de junio de 2016

Daños Colaterales

Cuando en la lucha contra el narcotráfico hubo bajas civiles el gobierno minimizó los hechos llamándolos daños colaterales. Obvio, la sociedad engendró en pantera y los políticos de bandos contrarios, especialmente el señor López Obrador, que para eso se pinta solo, se rasgaron las vestiduras, se arroparon en la bandera de la patria y la libertad, y poco faltó para que se lanzaran del castillo de Chapultepec cuales niños héreos. Señalaban la insensibilidad del gobierno y del ejército para con las víctimas de “tan atroz comportamiento”.

Y sí, yo creo que así haya sido sólo un muerto, para esa familia fue todo. A nadie nos consolaría que algún amigo, algún familiar perdiera la vida por actos en los que, en teoría, no debería de haber bajas civiles. Lo cierto es que sería muy difícil que esto pasara. En las refriegas salen balas perdidas, de uno y otro bando, que llegan a causar la muerte de un inocente, por más y que dicho inocente, algunas veces, haya sido también imprudente y se haya acercado a ver qué pasaba.

La cuestión es que me caen muy mal los hipócritas, los tendenciosos. ¿A qué voy con esto? A que si el gobierno, si los demás hacen algo que me moleste, sí reclamo y maximizo las cosas, ¡ah! Pero si yo las hago, entonces están plenamente justificadas. Nos indignamos  contra el gobierno por la desaparición de los 43 pero muy pocos alzamos la voz para manifestar su enojo por la muerte de Gonzalo Rivas, el despachador de la gasolinera que incendiaron los normalistas de Ayotzinapa, que para evitar una tragedia mayor, donde moriría mucha más gente, se sacrificó para cerrar la válvula y murió calcinado. Pero claro, Gonzalo no es capital político para López Obrador.

En Oaxaca hay desabasto en las tiendas. Miles de familias no tienen, literalmente, nada que comer, porque los maestros están bloqueando carreteras, saqueando los camiones que traen víveres, y que ellos consumen, porque una cosa es estar en paro y manifestación y otra es morirse de hambre, no vaya usted a creer. La lucha está primero que los demás, que sufra el pueblo. Los plantones de López Obrador en Reforma dejaron pérdidas a los negocios aledaños, dejando en quiebra a muchos de ellos y sin empleo ni dinero con el cual llevar alimento a sus familias a cientos de personas. Pero eso no le importó al “luchador social, al paladín de los pobres”, sus ideas, sus necesidades y sus deseos egoístas estaban antes que el bienestar del pueblo del que tanto dice luchar. De lengua me como un taco.


Ojalá y la gente que los sigue ciegamente entienda que los agitadores sociales, así como los políticos populistas, sólo buscan su propio beneficio, sin importar a quién tengan que usar, sobre quién tengan que pasar. Con tal de conservar el poder o conseguir mayores privilegios no les importan los daños  colaterales.

2 comentarios:

  1. Como diría una frase:

    "Uno hace una revolución para imponer una dictadura, a veces igual o peor que la anterior."

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  2. Pienso igual que tú. Niños con hambre en Oaxaca porque los maestros tienen cerradas las carreteras, según se preocupan por ellos pero al no permitir que entre la comida demuestran otra cosa. López Obrador dice "Primero los pobres" pero jamás en la vida se ha parado en una ranchería para conocer sus necesidades, incluso en la ciudad, mejor hizo segundos pisos que solo beneficiaban a la gente con carro ¿y los de a pie? ¿Los del micro? Ojalá la gente abra los ojos y no voten por ese señor.

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